La cámara frontal de 1080p/30 fps tiene una lente gran angular de 166 grados para unas imágenes de acción más vivas y divertidas. La cámara montada en la barbilla puede grabar también matrículas para el caso de infracciones de tráfico o accidentes. La cámara se enciende automáticamente cuando se abre la visera y tiene una batería de 1.400 mAh suficiente para cinco horas. En caso de necesidad tiene un puerto USB de carga.

La conectividad mediante Wi-Fi permite enviar la grabación directamente al teléfono o incluso transmitirlo en vivo. El sistema de infoentretenimiento integrado permite escuchar música, llamadas telefónicas o la radio. El intercomunicador recurre a VOIP en lugar de al Bluetooth.

Internamente cuenta con altavoces y micrófono con cancelación de ruido, lo que permite una grabación de mayor calidad durante la conducción, lo que puede ser de utilidad para monitores de motociclismo, bloggers, instagramers, periodistas, etc.

La principal peculiaridad del MK1 es que no recurre a una pantalla de presentación de información de tipo aeronáutico porque su creador considera que distrae más que ayuda a la hora de la conducción de una motocicleta. En su lugar ha incorporado unas bandas LED en los laterales del área de visión que se encienden con diversos colores y parpadeos en función de la información que programemos. Esto permite avisar de diversos riesgos, presencia de radares, etc.

A pesar de la tecnología incorporada el casco no pesa en exceso y se conforma con 1.550 gramos. 

El Forcite MK1 se comercializa en una edición limitada de 1.000 ejemplares `Fundation Edition´ con dos visores de regalo (claro, iridisado o ahumado), y dos inserciones antivaho, por unos 1.120 dólares con inicio de las entregas en diciembre.

Fuente: Newatlas