La advertencia sobre la posible dificultad para encontrar aparcamiento en la zona de destino se activa al utilizar Google Maps en modo automóvil, y se nutre de la información en tiempo real que acapara procedente de otros usuarios. Una información que se une a la que ya obtiene sobre las congestiones de tráfico, o el tiempo estimado de demora.
Así la aplicación se convierte en un ciudadano ejemplar, que como si de un nativo que lleva viviendo años en la localidad se tratara, nos señalará cuáles son las calles por las que es desaconsejable transitar a determinadas horas, con el fin de evitar los temidos atascos.
A nivel de gestión de la privacidad se hace posible activar (esta desactivado de forma predeterminada) el historial de lugares visitados. Además se han introducido controles de borrado automático que solo mantiene los datos del último periodo (configurable de 3 a 18 meses).
Rutas recurrentes: Google consulta el estado del tráfico en tus rutas frecuentes, como la de ida y vuelta al trabajo. En caso de encontrar un exceso de tráfico a la hora a la que habitualmente cogemos dicha ruta, nos avisa sobre los problemas de tráfico para que tengamos la opción de variar de ruta.
Finalmente se podrá oír la traducción en tiempo real del nombre de las calles o lugares de búsqueda cuando estemos transitando por otro país cuyo idioma desconocemos.
Fuente: ElEconomista