La última patente muestra una mecánica de combustión que cuenta con el respaldo de un motor eléctrico. Las motos híbridas permiten seguir cumpliendo con las cada vez más exigentes normas anticontaminación sin dar el salto generacional que suponen las motos eléctricas.

Mientras llegan baterías con la suficiente densidad de energía, se recurre a soluciones que se están utilizando ampliamente en el mundo de los automóviles. Pero el caso de las motos es distinto pues cuenta con su propia ideosincrasia de diseño. Contamos con mucho menos espacio y el peso siempre juega en nuestra contra.

Ahí es donde entra el saber hacer de los ingenieros de Kawasaki que han creado un vehículo que sigue el principio de la máxima configurabilidad que exigen los clientes de la marca japonesa. 

En los planos para la petición de la patente aparece un joystick con cuatro direcciones que sirve para seleccionar en la pantalla de la moto los diferentes modos de conducción y de regeneración de la batería. 

Se puede seleccionar el modo de máximas prestaciones con ambos motores funcionando al mismo tiempo, y el embrague y la caja de cambios funcionando de manera convencional. 

Un segundo modo permite un uso más racional de la energía, el motor convencional propulsa la moto y el eléctrico recupera energía de las frenadas, idóneo para mantener la carga de la batería en los viajes largos utilizando la inercia del vehículo.

En el modo de regeneración alternativo, el motor convencional funciona sin ninguna marcha engranada, pero con el embrague conectado a la dinamo. Su funcionalidad es la de actuar como un generador que suministra la electricidad de manera más rápida a la batería.

Finalmente llegamos al deseado modo eléctrico, el modo más ecológico, silencioso y cómodo, en el que la moto se mueve únicamente recurriendo a la mecánica eléctrica con el motor convencional apagado. En este caso se conduce como si fuera una motocicleta automática. Su baja autonomía la hace idónea sólo para recorridos cortos, por ejemplo durante los estacionamientos dentro de parkings u otros recintos cerrados, pero también durante  la conducción en tramos de denso tráfico por ciudad. Especialmente si circulamos por calles de calzada compartida o las acotadas zonas de bajas emisiones.

Junto con el joystick, Kawasaki nos prepara otro interesante gadget, un botón “turbo” (marcado con el Nº 36) que proporciona toda la potencia de ambos motores durante periodos cortos de tiempo. Un buen recurso al que acudir en los adelantamientos más apurados.

¡Creo que no me equivoco si digo que todos estamos expectantes por ver el primer prototipo rodando por las calles!

Fuente: Visordown