El coqueteo de Yamaha con la movilidad eléctrica no ha parado de sucederse desde 1993, pero en la mayor parte de las ocasiones han sido prototipos de Salón, con poca autonomía y diseños poco aptos para su comercialización en masa.

Pocos scooter han llegado a la producción, uno de los primeros ha sido el Evino, de venta en Asia desde 2014. Pero la mayor parte han sido motos conceptuales como la moto de cross PED1 o la de carretera PES1. Prototipos que vivieron una segunda fase con las Ped2 (trail/enduro) y PES2 (velocidad), o la futurista Motoroid.

Pero la TYE es un modelo de serie que abandona las mecánicas de combustión de 2T o 4T de ahí la denominación TY (Trial Yamaha) y la letra E (eléctrica), frente a las mecánicas de 50, 80, 125, 175, 250 o 300 cc que dominan tradicionalmente este segmento.

La TYE es una moto pensada y desarrollada para competir, que debutó en el GP de Francia de Trial E del 14-15 de julio. Se trata de un modelo extremadamente ligero (70 kg) y manejable, tras cuyo desarrollo está involucrado el mismo departamento que diseña los modelos de Moto GP.

La TYE presume de una gran respuesta desde parado, gracias a su enorme par motor que se puede gestionar mediante un embrague multidisco en baño de aceite (no tiene marchas). La ligereza se logra gracias a una compacta batería de tan solo 8,6 kg de peso anclada al chasis monocasco de fibra de carbono. A pesar de su escaso peso es capaz de proporcionar 20 minutos de autonomía a nivel de competición. La batería se puede cambiar en una maniobra bastante sencilla que dura tan solo unos minutos.

La fibra de carbono es cara y muy difícil de reparar en caso de impacto, por lo que no es una moto pensada para el público en general, sino solo para la competición. Su control se realiza mediante un acelerador electrónico cuya centralita se sitúa justo bajo el sillín.

Fuente: Yamaha