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El territorio solicita mejorar la conexión viaria entre los pueblos
  15 de Julio de 2013
  El territorio solicita mejorar la conexión viaria entre los pueblos

En el Bajo Aragón Histórico las carreteras no gozan de la salud deseada. A la histórica reivindicación de la A-68 y la N-232 de Ráfales al límite provincial se unen otras vías que, aunque son mucho menos transitadas, resultan peligrosas para los conductores. Los socavones, baches y falta de señalización son los principales problemas que padecen las carreteras comarcales y provinciales que conectan los municipios del territorio.

El Maestrazgo es la zona más afectada y abandonada por las instituciones. La comarca no cuenta con ninguna nacional y salvo la A-226 (Teruel-Cantavieja-Castellote), el resto son carreteras que parecen del «tercer mundo», según su presidente, Arturo Martín. El también alcalde de Villarroya de los Pinares, destaca la vía de Gúdar a Allepuz (A-228), muy estrecha y con blandones. «Si un coche es muy bajo debe tener mucho cuidado», apunta. Otras infraestructuras que reclaman por los problemas del firme, las curvas y que en los carriles apenas hay paso para dos coches son las carreteras del Puerto Pelado hacia Ejulve (A-1702), La Iglesuela a Mosqueruela (A-1701) y de Villarroya a Aliaga (A-228). En Ladruñán o en Montoro de Mezquita no puede entrar un autobús.

En el Matarraña, su presidente, Francisco Esteve insiste en que el principal problema de las vías de la comarca es el mal estado del firme y las calzadas estrechas. Destaca la carretera de La Portellada, Fórnoles y Ráfales, la que une Lledó con Arens y la entrada a Torre de Arcas. Además, Esteve recalca que pese a que está en buen estado, las curvas de la vía que conecta Fuentespalda con Valderrobres (A-1414) provocan muchas salidas de vía. En 2012, una niña valderrobrense de ocho años falleció y otro menor resultó herido grave en un accidente en este tramo. La Comarca presentó una alegación para que esta carretera se incluya en el Plan de Carreteras 2013-2024 del Gobierno de Aragón.

El estado de las nacionales

Las carreteras nacionales que atraviesan el territorio también son objeto de reivindicación hasta por entidades europeas. Este mes, la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha publicado un informe en el que se recogen los tramos más peligrosos de la Red de Carreteras del Estado. Para esta entidad, existen tramos peligrosos en la N-420, concretamente en el punto kilométrico 771 que une las localidades matarrañenses de Valdeltormo y Calaceite; la N-211 en los puntos kilométricos 296, 302 y 304 entre Caspe y Mequinenza; y la N-232, en el punto 72 entre Monroyo y Morella.La AEA ha seleccionado en este informe un total 180 kilómetros de carreteras convencionales, autovías y autopistas de peaje cuyo índice de peligrosidad medio entre 2007 y 2011 ha sido muy superior a la media.

En el caso de los tramos detectados en el Bajo Aragón Histórico, cabe destacar que la Dirección General de Tráfico no los incluye en su último informe de ‘Puntos negros’. Un punto negro es un emplazamiento donde en el mismo año se producen tres o más accidentes con víctimas.

Conexión con el Bajo Cinca

El Bajo Aragón Caspe reclama la mejora de la carretera N-211 que une la Ciudad del Compromiso con el Bajo Cinca, su puerta de entrada a Zaragoza y Cataluña, y con varios puntos peligrosos. Esta vía comunica la comarca con localidades importantes como Mequinenza, Fraga o Lleida. La Asociación Mutua Motera ya presentó en 2010 un informe tras más de dos años de investigación en que denunciaba el estado de conservación y mantenimiento. Además, en Fabara reivindican la mejora de la carretera A-1411 que une su localidad con Mequinenza, especialmente el tramo que discurre hasta la estación de tren. Se trata de una vía estrecha, con un pavimento muy desgastado y lleno de peligrosas curvas.

Desniveles hasta el Monasterio

El Monasterio del Olivar continúa con una pista de acceso desde Estercuel casi impracticable. Los cuatro kilómetros no cuentan con los elementos básicos de seguridad vial ni señales. Está lleno de desniveles, zonas en las que tan solo pasa un coche, piedras y mala visibilidad. Además, hay un tramo en que no hay arquetas de desagüe por lo que el agua se estanca en la ladera anexa. En los últimos meses la «piscina» ha subido mucho más debido a las precipitaciones, por lo que, temen que con el tiempo se inunde la carretera. El padre Ignacio y los otros tres frailes están hartos de escuchar promesas de políticos que se pasan «la pelota» unos a otros diciendo que no es de su competencia. Con el cierre de las minas, es uno de los pocos focos de creación de empleo en el pueblo.

Pista Minera Andorra-Ariño

La adecuación de la pista minera que une Andorra y Ariño es una demanda vecinal de prácticamente todos los municipios de la comarca Andorra Sierra de Arcos. Los baches y las características del asfalto, dañado por el paso continúo de camiones cargados con carbón y otros minerales, han provocado decenas de accidentes en los últimos años. El alcalde de Ariño, Joaquín Noe, envió una carta en marzo a la presidenta de la Diputación de Teruel, Carmen Pobo, solicitando asistencia técnica para la elaboración de una memoria valorada sobre el proyecto de mejora en la pista con la finalidad de poder agilizar los trámites que sean necesarios para ejecutar la obra y que la pista pase a ser una carretera de titularidad pública

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