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La Dirección General de Tráfico (DGT) cuenta con drones desde el puente de mayo de 2018. En la actualidad hay ocho drones operativos, aunque se espera que el número siga incrementándose de manera importante durante este año y el próximo, ya que hay 30 agentes formados para su utilización.
Los modelos con los que opera Tráfico son los de color negro y gran tamaño Matrice 200 con 6,2 kg de peso y los más pequeños y blancos Phantom 4 de 1,8 kg. Unos drones que resultan infinitamente más económicos de operar que los helicópteros y otros medios aéreos, a la par que permiten cubrir una extensión mayor (gracias al mayor número de unidades).
En ambos casos tienen encomendada una labor puramente de vigilancia, actuando de manera conjunta con las patrullas de helicópteros, para realizar una labor más exhaustiva de control de las carreteras.
Los drones surcan los cielos desde una altitud de 100 a 120 metros, con una autonomía de vuelo de 30 minutos, y una distancia máxima de observación de2 kilómetros. Para la correcta utilización de un dron hacen falta tres personas, el piloto, el operador de la cámara y un asistente que en ocasiones es necesario para realizar otro tipo de gestiones con el centro de control de tráfico.
Los drones son capaces de comprobar la situación en el interior de los vehículos de manera más eficaz que los helicópteros, y pueden comprobar si hay usuarios que no utilizan el cinturón de seguridad, la sillita de retención infantil, que no respetan las señales de tráfico o que se distraen con el móvil.
