Países muy concienciados por todo tipo de contaminación, incluida la contaminación acústica, están desarrollando un nuevo tipo de radares que miden la sonoridad de los vehículos a título individual. De resultar positivos los test, podrían sumarse muy pronto a la de los actuales radares de velocidad y cámaras de tráfico.
La contaminación acústica causa estragos en los periodos de sueño y descanso de los ciudadanos. Los altos niveles de ruido generan un estrés que desencadena todo tipo de enfermedades psicosomáticas.
Fuente