Los pilotos John McGuinness y Michael Rutter serán los encargados de llevar la Hachi (“ocho”) al podio, pero los técnicos de la fábrica de Milton Keynes han trabajado a fondo para que los caballos eléctricos hagan bien su trabajo.

La Shinden Hachi pesa los mismos 248 kg e incorpora el mismo motor eléctrico trifásico refrigerado por aceite y sin escobillas de la versión anterior. Un motor que desarrolla 163 CV con 210 Nm de par instantáneo. Para reducir el peso al máximo se ha recurrido a un chasis monocasco de aluminio y horquillas invertidas de fibra de carbono Showa.

Tan solo la aerodinámica se ha mejorado haciéndola más compacta, con una sección de cola también remodelada y más afilada, con el objetivo de superar los 275 km/h de velocidad máxima de la versión anterior.

No se ha publicado la capacidad de su batería fabricada por Maxell pero se estima que rondará los 20 kWh, suficientes para los 60 km que tiene una vuelta completa al circuito Mountain Course de la Isla de Man.

A pesar del hándicap que supone el elevado peso de las baterías las motos eléctricas se acercan cada vez más a las superbike de combustión. El modelo de 2018 ganó el TT Zero con una velocidad media de 196,06 km/h, que está a solo 25,6 km/h del récord establecido para las motos de combustión marcado por el piloto Peter Hickman.

 A buen seguro que la Shinden Hachi mostrada en el pasado Tokyo Motorcicye Show, logrará reducir todavía más esa distancia.