Detrás de tal incremento en las matriculaciones está las políticas pro-moto como la gratuidad de los aparcamientos sin límite horario o el espacio preferente en los semáforos. Una facilidad que ha permitido recuperar un sector que vivió un pronunciado declive a principios de década.
Si en 2007 se matriculaban 227 unidades anuales, en 2012 solo se matriculaban una o dos unidades en los meses más complicados del invierno. Santiago de Compostela sigue sin ser una de las localidades más moteras del país, pero ahora se matriculan varias decenas de unidades en los meses de verano y se espera que finalice el año con 150 unidades, un pasito más cerca de los años de bonanza económica.
En muchos hogares la moto está sustituyendo al segundo coche en su papel de transporte urbano. La facilidad para aparcar antes citada y la economía de consumo, hace que muchos busquen la moto por su practicidad en los desplazamientos diarios.
Las motos actuales son más seguras sobre asfalto mojado, el ABS contribuye a que los santiagueses de entre 40 y 50 años se decanten por este tipo de vehículos.
Fuente: lavozdegalicia