El recorrido entrañaba una doble dificultad, las motos de la época no eran tan fiables como las de ahora, y los 9.000 km de recorrido por Australia estaba plagado de problemas viales a solventar.

De hecho la jóven motera de apenas 50 kg de peso perdió algunos kilos durante su aventura entre canguros. Tan solo pudo realizar una comida al día, lo que no es mucho incluso para una mujer de tan solo 1,65 metros de altura.

La chica de fuertes piernas no tuvo grandes problemas para manejar una Royal Enfield Bullet de 350 cc, incluso tras la primera caída que sufrió tan solo un día después de iniciar su aventura. Aunque un automovilista tuvo que parar para auxiliarla, ayudándole a limpiarse toda la arena, no logró convencerla de que volviera a casa. La motocicleta pudo ser reparada y su daño en la cabeza no resultó ser tan serio como parecía en un primer momento.

En las improvisadas alforjas de cuero laterales llevaba provisiones y ropa de repuesto. En su bolsillo la ridícula cantidad de 25 libras australianas, una cantidad baja incluso para la época. Con ese presupuesto sobrevivió las tres semanas de viaje (21 días para recorrer los 9.000 km).

La hija de un fabricante de muebles de Shenton Park, se convirtió en una heroína australiana y un ejemplo para otras muchas mujeres deseosas de reivindicar su valía e independencia, incluso en algo tan de hombres como las motos.

Fuente: AMCN