Uno de los principales beneficios de las motos es la facilidad y rapidez de los desplazamientos entre el denso tráfico urbano, con posibilidad de trayectos de puerta a puerta, por la relativa facilidad de aparcamiento. El Ayuntamiento de Gijón parece dispuesto a terminar con esas ventas en una política “anti-moto”, que les obliga a estacionar en los mismos lugares que los automóviles y pagando por utilizar las zonas ORA.
Desde AMMA indican en su misiva: “El uso urbano de las motos se debe a su mayor manejabilidad y rápido estacionamiento. Si se llegase a cobrar la ORA, muchos usuarios pasarían a usar el coche, al perder el único beneficio que tenían sobre él. Y esto haría más intransitable, si cabe, la ciudad”.
El colectivo motorista alega que no es razonable pagar en la zona azul cuando apenas hay aparcamientos exclusivos para motos. Las motos emiten el 0,51% de las emisiones totales de óxidos de nitrógeno y el 1,85% del CO2 (porque son el 15,5% del parque de vehículos), y sus desplazamientos son más breves (de un 50 a un 70% más rápidos).
Si contribuyen a disminuir la congestión del tráfico y a disminuir la contaminación atmosférica, no es comprensible una política anti-moto en Gijón.
Desde el Ayuntamiento alegan que lo que buscan es que las motos no copen todas las plazas ORA de los automóviles, y que se irán incrementando las plazas de aparcamiento gratuito sobre la calzada, habilitando nuevas en los espacios aledaños a zonas de pago ORA. Esto incrementará las 1.747 actuales, pero sin fijar un nuevo objetivo.
Fuente: El Comercio