Dentro de dos años veremos la primera evolución tras más de 20 años de vigencia del ECE 22.05. Los reglamentos CEPE son establecidos desde Naciones Unidas para todo el mundo, y son independientes de los establecidos por la Unión Europea. La norma ECE 22.06 ha sido redactada con éxito y solo falta la votación final en la ONU en junio de 2020 (si el coronavirus no lo impide).

A los nuevos cascos no les bastará con demostrar que pueden evitar la rotura del cráneo, además deberán demostrar que el impacto en el cerebro es menor. Existen golpes sobre el casco que llevan a un movimiento de giro que puede suponer más daño al cerebro, por ello habrá que demostrar que el casco evita o reduce la rotación de la cabeza cuando caen sobre un yunque a 45 grados.

Con la nueva homologación los cascos deberán soportar nuevas pruebas de impacto. El mecanismo por el que se llevan a cabo también se verá modificado.

Hasta el momento se probaban los cascos con un dummy de cabez en su interior. Los cascos se elevan y se dejan caer sobre un yunque. Los sensores de su interior miden la trasmisión de fuerzas a través de las cubiertas del casco.

En las nuevas pruebas 22.06 se realizarán caídas a diferentes velocidades que serán superiores e inferiores a las que se realizan actualmente. Los datos obtenidos de todas las pruebas serán necesarios para la obtención de la homologación. Los impactos tampoco se localizarán en un solo punto o ángulo, por lo que diferentes partes del casco (barbilla, parasoles, calota y tapas abatibles) se pondrán a prueba en cada homologación. Finalmente se medirá el impacto que tienen las pruebas sobre el cerebro.

Las viseras ahumadas interiores deberán ser más oscuras, del índice de transmisión 50% deberán pasar al 35%, para asegurar que la el motorista no necesita utilizar gafas de sol adicionales.