El debate sobre el fin de la velocidad ilimitada de las autopistas alemanas se prolonga por más de un año. La comisión gubernamental de Medio Ambiente recomienda la introducción del límite 130 km/h por cuestiones de sostenibilidad.

De momento, el Gobierno ha descartado realizar cambios, y el Ministro de Transporte argumenta que no es necesario porque las autobahn son las carreteras con menor siniestralidad del mundo.

La realidad estadística es muy otra. El riesgo de fallecer en un accidente ocurrido en las autopistas alemanas es el doble que en las británicas o danesas.

El Consejo Alemán de Seguridad Vial, explica en una carta su propuesta y apela a su consideración: 

“La velocidad juega un papel particularmente importante con respecto a la distancia recorrida durante el tiempo de reacción y la energía cinética que actúa sobre los ocupantes del vehículo. Una velocidad reducida conduce a una distancia de frenado más corta y una gravedad de accidente inferior con el mismo tiempo de reacción. También tiene un impacto positivo en la armonización del flujo del tráfico.

Esto permite evitar accidentes debido a las altas velocidades diferenciales y los conductores pueden compensar más fácilmente los conflictos graves y los posibles accidentes.

Al elegir su velocidad, los usuarios de la carretera también se guían por las normas sociales, por ejemplo, las velocidades que aceptan u observan en relación con otros usuarios de la carretera. La observancia de los límites de velocidad influye en la norma social y, por lo tanto, también en la selección de velocidad de los individuos, ya que esto significa que las velocidades más bajas se observan con mayor frecuencia y, por lo tanto, también se eligen ".