Aunque supone una pequeña reducción de 90 a 80 km/h de la velocidad máxima, esta medida elimina toda emoción a conducir en moto por las carreteras más reviradas del país. La medida que entrará en vigor presumiblemente a principios de 2018 es muy impopular entre la mayor parte de los conductores franceses.
La mayor parte de los usuarios de la vía, ya sea sobre dos o sobre cuatro ruedas, se muestra contrario a la nueva reducción. Algo que se percibe especialmente en las redes sociales, donde califican de "aberrante" la nueva limitación.
Tampoco las estadísticas de accidentes parecen dar la razón a una reducción de la velocidad. Desde 1972 se ha multiplicado x3 el tráfico por kilómetro recorrido a la par que se ha reducido x6 el número de fallecidos por accidente de carretera.
Ante la sinrazón ya hay quien pregunta en Francia “¿y por qué no 50 km/h para 2025?”. Ya se plantean movilizaciones masivas para protestar por la medida.
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