Los muros solitarios tampoco escapan del azote del viento, por lo que aparcar  la moto cerca de muros excesivamente expuestos a su furia también puede ser peligroso.

La borrasca Bruno ha dejado rachas de viento de hasta 137 km/h. Los vientos racheados son los más peligrosos, las motos no pueden luchar contra fuertes rachas de viento lateral que te pueden llevar fuera de la carretera en cualquier instante.

Hay zonas especialmente sensibles a las rachas de viento, como los puentes, y las entradas y salidas de los túneles. Los edificios aislados, y los adelantamientos a camiones pesados son especialmente peligrosos cuando el viento arrecia.

Los scooter son comparativamente los vehículos más sensibles al viento lateral. Sus pequeñas ruedas no permiten mantener un momento de inercia suficiente para que la trayectoria se mantenga sin la constante acción del piloto sobre el manillar. Su corte transversal mucho más voluminoso las hace especialmente sensibles a los vientos de costado, y cuando el viento arrecia, las rueda delantera puede perder agarre o incluso levantarse de la carretera.

Todo conductor de scooter debe tener esto muy presente antes de aventurarse a la carretera durante un episodio de rachas de viento. Los demás vehículos también deben ser conscientes del riesgo de que el scooter acabe invadiendo su carril de manera inesperada, por lo que deberán extremar las precauciones a la hora de los adelantamientos.