El vehículo no arrancará sin que el conductor sople primero en el alcolok. En caso de dar positivo, tampoco permitirá la conducción, bloqueando el autobús.
La iniciativa tranquiliza a los usuarios un tanto recelosos tras las últimas noticias sobre conductores de autobús que han dado positivo por consumo de alcohol y/o drogas, y la información del Instituto Nacional de Toxicología que indican que el 43% de los fallecidos en carretera en 2016 habían consumido algún tipo de sustancia prohibida.
Desde los diversos gremios de conductores, transportistas y taxistas se ve con buenos ojos la iniciativa, aunque reclaman que los alcolock vengan de serie en los vehículos para evitar gastos extra.
Diversos países europeos ya utilizan los alcolock de manera más o menos generalizada. La ONG del Consejo Europeo de Transporte Seguro cita a países como Austria, Bélgica, Francia, Finlandia, Holanda, Suecia o Polonia, donde ya es habitual su uso en el transporte público o entre los conductores reincidentes.
En Francia es obligatorio para el transporte escolar desde 2006 y desde 2013 para el resto de autobuses. En España se pidió en el Congreso de los Diputados en 2008, pero desde entonces no se ha avanzado con la legislación pertinente.
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