La ventaja de los sistemas de visión mediante rayos laser es que permite no solo detectar objetos, también medir su distancia y tamaño de forma mucho más precisa que mediante videocámaras.

El problema de estos sistemas es que hasta el momento carecían de la potencia y definición suficiente para que los vehículos pudieran transitar a velocidades elevadas, como los 120 km/h que se alcanzar en las autovías y autopistas.

Un sensor LIDAR es básicamente un conjunto de haces de rayos laser dispuestos en tamdem uno sobre otro. El más avanzado hasta hace pocas semanas era capaz de proyectar 64 rayos contra los objetos más cercanos. Los haces están separados con un ángulo de tan solo 0,4 grados y su alcance es de 120 metros.

Esto daba la posibilidad de respuesta del vehículo ante cualquier imprevisto con la suficiente antelación. Sin embargo, a 120 km/h el tiempo de respuesta se reduce a tan solo 4 segundos, lo que resulta peligroso.

Algunas compañías han decidido apostar por un sistema LIDAR de mayor resolución, 128 rayos laser separados 0,1 grados, y mayor alcance, capaz de distinguir objetos a más de 200 metros de distancia con la suficiente resolución.

Un sistema tan capaz que permite circular a alta velocidad e incluso prescindir de otros sistemas anexos de detección de obstáculo. Aunque de momento seguirán utilizándolos para incrementar la seguridad y redundancia de sistemas en prevención de un posible fallo.

Como ocurriera con las primeras cámaras digitales de menos de 1 megapíxel de resolución (¡ahora alcanzan los 400 megapixel!), es altamente probable que en los próximos años los sistemas LIDAR sigan incrementando sus prestaciones, con un mayor número de rayos laser y mayor alcance, lo que hará a los vehículos autónomos mucho más seguros y capaces de lo que nunca habríamos imaginado.

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