Las M-30, M-40 y A-2 de la capital son las vías más problemáticas de la capital según la lista Inrix 2017 Global Traffic Scorecard. Madrid supera a otras ciudades del país como Barcelona (28 h), Sevilla y Valencia, que ronda las 26 horas perdidas al año. Esto es, 14 horas más que Barcelona y más del doble de horas que los ciudadanos de Bilbao (15 h)
Fuera de nuestras fronteras las ciudades más congestionadas del continente europeo son Moscú (91 horas), Londres (74 h) y París (69). Por detrás de Madrid, pero a corta distancia, encontramos a Viena (40), Roma (39) y Bruselas (39). A nivel mundial las ciudades más congestionadas son Los Ángeles, Moscú, Nueva York, Sao Paulo y San Francisco.
La estadística no es extrapolable a otras listas similares como las ofrecidas por el navegador TomTom Traffic Index, que indica que los madrileños pierden una media de 27 minutos al día y que la tendencia va in crescendo desde 2010.
Las propias estadísticas de Inrix no son comparables en los últimos cinco años ya que se modificó el método de cálculo hace dos años, incorporando nuevas poblaciones de las afueras de Madrid.
En cualquier caso muestran un serio problema y la tendencia es preocupante. La razón del repunte podría estribar en el mayor parque móvil de la ciudad y la falta de estacionamientos que lleva a la población a una constante búsqueda de aparcamiento. Desde el Ayuntamiento tampoco se facilitan políticas claras de fomento de la movilidad alternativa, como la motocicleta.
El nuevo plan de calidad del aire prevé la implantación de 12 nuevos aparcamiento disuasorios en la M-40. Un proyecto que no parece avanzar, con excepción del aparcamiento situado en el estadio Metropolitano.
Con las próximas medidas previstas por el Ayuntamiento se podría agravar aún más la situación. Se va a reducir la velocidad de todas las calles con un solo carril a 30 km/h, reducir la velocidad de la M-30 a 70 km/h y disminuir el espacio vial disponible para el transporte privado en viales neurálgicos del centro como Gran Vía, Calle Alcalá o Santa Engracia.
Esto supondrá que los 50.000 vehículos/ día de la gran vía tendrán que reducirse a menos de la cuarta parte 12.000 diarios, lo que redirigirá el flujo de tráfico hacia otras vías ya de por si muy problemáticas como la M-30, ronda Valencia y los bulevares.
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