La Rioja es la única comunidad que no cuenta con una autovía gratuita que vertebre su territorio. El paso a la autopista de pago AP-68 entre Tudela y Zambrana impide el acceso de los transportistas a las gasolineras y áreas de descanso ya existentes en la N-232.
Más de 30.000 empresas de transporte y 225.000 camiones, han impulsado un manifesto por el que se reclama mayores inversiones en las carreteras españolas y, especialmente, en la N-232.
En el manifestó se denuncia las restricciones al tráfico para los vehículos de cuatro ejes o más, que “atenta contra el derecho fundamental a la libre circulación”. Los peajes obligan a realizar constantes paradas y no suelen estar pensados para el tránsito de camiones, sino de turismos.
Las rotondas están igualmente pensadas para el radio de giro de un automóvil y no de un camión tráiler, por lo que tiene que invadir los dos carriles aumentando el riesgo de accidente. En caso de avería, remolcar el vehículo averiado a través de los arcos de peajes es prácticamente imposible.
Finalmente, los vehículos se ven obligados a realizar un mayor kilometraje, en algunos casos un 50% más, lo que incrementa los costes y los tiempos de conducción, causando graves perjuicios operativos a las empresas.
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