Incremento del número de radares en vías convencionales, retirada del permiso a los conductores reincidentes en alcohol y drogas, y un nuevo examen del carné de conducir, son algunas de las propuestas que se barajan para la nueva Ley de Tráfico.

El nuevo carné impedirá que los alumnos se examinen del teórico sin haber asistido antes a clases en las autoescuelas. De este modo se pretende evitar la avalancha de alumnos que se presentan para probar suerte, sin la debida preparación.

La preparación del examen será más completa con vídeos de concienciación y sobre diferentes problemas de tráfico que no se podrán constestar con simples "X" sobre las respuestas a, b o c. Habrá nuevas materias de estudio, el 60% de los alumnos aprueba el teórico, pero el 52% no consiguen superar el práctico a la primera. Con una enseñanza más amplia se podría paliar esa situación.

Durante la celebración del examen práctico se hará uso de la navegación GPS, para comprobar la pericia del alumno en el correcto planteamiento de recorridos.

Se ofrecerá al aspirante un curso previo de concienciación sobre los riesgos al volante. Y finalmente se incrementará el número de examinadores en cien.

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