La concejala de Movilidad, Mercedes Vidal, comentó en rueda de prensa que desea mantener a Barcelona "como una ciudad líder en movilidad eléctrica", para lo que es necesario “seguir avanzando” adaptándose a los cambios tecnológicos y sociales.
El objetivo se alcanzará en dos fases, un 50% de flota eléctrica en 2020 y un 80% en 2024. A partir de esa fecha será obligatorio que los nuevos vehículos sean de cero emisiones contaminantes. Esto afectará tanto a la flota de transporte público de autobuses (TMB), como la de taxis (IMET) y del propio Ayuntamiento.
Para dar cobertura a la expansión del vehículo eléctrico se instalarán nuevos puntos de recarga en aparcamientos públicos subterráneos hasta alcanzar los 500. Actualmente hay 296 repartidos entre automóviles (174) y motocicletas (122). En la vía pública hay 18 puntos de recarga rápida que esperan duplicar en un futuro próximo.
El Ayuntamiento cuenta actualmente con un 35% de flota eléctrica, pero solo 4 de los 1.000 autobuses son eléctricos.
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