Bartolomé Vargas, lo ha comentado en una entrevista concedida a RNE, donde indicó que no solo es una práctica muy grave, sino que es un fraude de ley, pues se evita asumir la responsabilidad en caso de cometer un delito con pérdida de puntos.
La policía judicial de tráfico investiga los chiringuitos de puntos, que de momento resulta difícil de cuantificar debido a su carácter altamente clandestino.
Acabar con estos chiringuitos podría contribuir a mejorar la seguridad vial y a frenar el repunte de víctimas mortales en las carreteras. Unas muertes que dependen de todos para que se no se conviertan en “la crónica de una muerte anunciada”.
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