Rueda cree que el conductor español "tiene todavía mucho margen de mejora", no solo en las distracciones, sino también en las propias habilidades de conducción.
El general afirma que el mejor accidente es el que no hay que investigar y que su unidad ha perdido 1.300 de los 9.000 agentes con los que contaba. Una disminución que inevitablemente repercute en la seguridad vial.
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