En 2030 la tercera parte de los conductores será mayor de 65 años, lo que supondrán un riesgo añadido porque suelen ser personas polimedicadas. Expertos en farmacología y en Seguridad Vial se insiste en la necesidad de concienciar sobre este punto. Si hay dos medicamente equivalentes se debe optar por aquel que altere menos las capacidades de conducción. Para ello se puede recurrir al pictograma que lucen algunos envases en el que se alerta del riesgo y se invita a leer el prospecto en el punto 2.

Una vez identificado el fármaco que es malo para la conducción se debe elegir entre la vía que produzca menos efectos sistémicos (tópica, nasal) y ajustar las dosis y horarios. Los efectos del medicamento se aprecian especialmente en los primos días del tratamiento y en las primeras horas tras la ingesta.

"El 25 por ciento de los conductores toman algún fármaco prescrito por un médico, sin contar con los que se automedican", según datos de Beatriz de las Heras, profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que participa en una jornada sobre fármacos y conducción, organizada en Madrid por la Fundación CNAE, con la colaboración del Ministerio de Sanidad, la Federación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), la Dirección General de Tráfico (DGT), la Unión Nacional de Jefes y Directivos de La Policía Local (Unijepol), la UCM y Faes Farma.

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