La mayor parte de las motos sustraídas son de tipo scooter, y solo el 10% de los robos termina con la recuperación del vehículo. Las motos se roban principalmente en las grandes urbes como Madrid, Barcelona o Málaga. Por comunidades Cataluña es la región más peligrosa con el 87% de los robos, Madrid le sigue a mucha distancia con el 7%, mientras que Andalucía (2%), Comunidad Valenciana (2%) y Murcia (1%) apenas registran robos.

Los ladrones actuán especialmente en julio (16%), o en el mes de abril con un 13%. Son robos practicados por jóvenes de entre 20 y 27 años que actúan en grupos de 4 a 10 integrantes. Los robos suelen ser fortuitos 85%, debido a motos dejadas en lugares oscuros y alejados, y el resto son robadas de forma premeditada y profesional. En este último caso se utilizan furgonetas en las que se cargan las motos a pulso.

LAS MOTOS MÁS ROBADAS

Las motos más robadas son las que más se venden, como el scooter Yamaha JOG y los ciclomotores. La Honda SH Scoopy es otra superventas que suele llamar la atención de los amigos de lo ajeno.

Aunque los gustos de los que se dedican a robar y desguazar motos han cambiado y ahora se centran en los scooter de gran cilindrada (Yamaha T-Max, X-Max, Neox, Cygnus, o SYM Symphony) o por las naked y deportivas de 600 a 1.000 cc (Kawasaki Z, Yamaha YZF R1), porque cuentan con piezas más caras que ofrecen un mayor rendimiento cuando se venden a través de páginas web de segunda mano.

Las motos que no están homologadas para ser usadas en la calle, modelos que solo sirven para competir en circuitos cerrados, son también muy buscadas porque solo necesitan cambiar el número de bastidor para ocultar el hurto.

La lista la cierra las motos customizadas, especialmente si son obra de algún preparador, su exclusividad es muy buscada por algunos clientes de lo ajeno.

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