La décima creación del preparador es la más ambiciosa. Un esfuerzo por convertir el motor V-Twin de la Ducati 900 de 1993 en una poderosa Scrambler que huye del enfoque minimalista y se enfoca en un aspecto post-apocalíptico a lo Mad Max.

En lugar de esconder todo bajo bonitos y pulidos carenados, David Borras ha preferido sacarlo todo a la luz mostrándonos con todo detalle el cableado, interruptores, bombas, bobinas y reguladores, en un diseño discordante y asimétrico.

La carrocería de aleación ha sido construida a mano, ocultando en su interior elementos menos vistosos como la batería y otros elementos eléctricos auxiliares. El depósito de gasolina ha sido reemplazado por un bidón en el lugar donde habitualmente se colocaría una de las maletas.

En el lugar dejado por el depósito de combustible se ha situado toda la instrumentación que aporta toda la información a la vieja usanza, nada de pantallas digitales multicolores y táctiles. Los relojes y mandos han sido elegidos por su aspecto extremadamente retro. Toda su estética huele a años 40s y 50s del siglo pasado.

Presión de combustible, presión de aceite, temperatura, voltímetro, temperatura del gas de escape y sensores Lambda para el cálculo de la relación aire/combustible de cada cilindro, es más información de la que realmente necesitamos en una motocicleta de estas características.

Su horquilla ha sido reemplazada por una Öhlins también personalizado procedente de una Ducati Desmosedici RR. El par de silenciadores hechos a medida cumplen con la norma Scrambler de salida superior.

Un modelo único que sin duda nos muestra el mejor hacer de nuestro internacionalmente reconocido preparador.

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