La medida es compartida por el nuevo director de Tráfico, Pere Navarro, y por el fiscal coordinador de seguridad vial, Bartolomé Vargas. La solución pasa por incrementar los controles para que los conductores no se relajen, pues ante cualquier infracción o accidente se revisarán las últimas llamadas realizadas desde el teléfono móvil del conductor.
El mayor control sobre el uso del móvil será paralelo al incremento de los controles sobre el consumo de alcohol y otras drogas. El 42% de los conductores fallecidos en 2017 había consumido algún tipo de sustancia que altera la percepción.
Pero el uso del móvil es actualmente la principal causa de siniestralidad por lo que se estudia incrementar las sanciones con la retirada de 4 a 6 puntos a los conductores que consulten el móvil mientras conducen. También se podrían establecer penas de prisión de 1 a 4 años para los que causen accidentes con resultado de muerte o lesión y se hayan distraído usando el móvil.
Fuente