Según una entrevista al consejero delegado de la compañía Khosrowshahi realizada para Financial Times, la idea es ampliar los servicios que ya presta mediante la plataforma de alquiler de vehículos para conductor VTC.
Una manera de subsanar las pérdidas de 3.875 millones de euros registrada el año pasado. La implantación de los nuevos servicios de motosharing y bicisharing supondrá de momento un nuevo impacto en las cuentas, que esperan poder remontar en un futuro cercano. Especialmente cuando recauden fondos con su salida a Bolsa en 2019.
En este sentido Uber ya comienza a posicionarse en el sector con la adquisición de la compañía de bicicletas compartidas Jump por 172 millones de euros, para operar en ocho ciudades de los Estados Unidos. La compañía proyecta su expansión por Europa comenzando por Berlín.
En el sector del motosharing ha adquirido la compañía de scooter eléctricos Lime y la empresa Masabi, para la integración on-line de la compra de billetes de diferentes medios de transporte públicos con lo que realizar de manera óptima un determinado recorrido.
Los ingresos entre el alquiler de una bicicleta por minutos y el de un automóvil con conductor no son equiparables, pero los gastos también son muy inferiores y se puede expandir rápidamente el servicio ofreciendo grandes volúmenes.
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