Pese a que estos vehículos representan el 16% del parque automovilístico su peso en la mortalidad como consecuencia de los siniestros es muy superior. La edad de los fallecidos estaba entre los 35 y 54 años, los accidentes se produjeron principalmente en carreteras secundarias y por salida de la vía o choque frontal.
Por tanto, la vigilancia del cumplimiento de las normas y responsabilidad por parte de los propios motoristas y del resto de conductores es fundamental para tratar de reducir el número de muertes.
El colectivo ciclista sufre la misma suerte. Los periodos de vacaciones son propicios para circular en bicicleta y el turismo ciclista va en aumento. El 6% es la media de ciclistas fallecidos en la Semana Santa de los últimos cuatro años.
Por tanto, como la vía es un espacio finito que hay que compartir, los automovilistas antes de adelantar, deben reducir la velocidad, comprobar que pueden realizar el adelantamiento sin poner en peligro a los otros usuarios y adelantar guardando la distancia mínima de metro y medio. Los ciclistas, por su parte, tienen que circular lo más próximo posible al arcén derecho e ir adecuadamente equipados.
En la Semana Santa del año pasado casi la mitad de los accidentes mortales se produjo después de comer, y 10 de los 31 fallecidos fueron mayores de 65 años.
Fuente: DGT