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El Dakar 2013 no conoce la crisis
  8 de Enero de 2013
  El Dakar 2013 no conoce la crisis

La 34ª edición del rally Dakar que partió este sábado desde Lima tiene un mayor número de participantes que la anterior (459 frente a 449) y, al parecer, no sufre la crisis financiera internacional pese a los altos costes para pilotos y equipos.

Según Etienne Lavigne, el director de la prueba, este aumento en la participación es «único en el mundo del deporte, teniendo en cuenta la crisis económico-financiera mundial». Doble competición de carácter profesional y aficionado, los participantes de segunda categoría (dos tercios del total de competidores) y en particular los motociclistas son el ‘proletariado’ del rally. Ellos mantienen vivo el sueño de todo el mundo y a menudo deben desangrarse económicamente para llegar a la línea de partida.

Para los motociclistas, que además deben asegurarse la asistencia durante la prueba, el coste de la inscripción es de 19.300 dólares (unos 15.000 euros), al tiempo que un motor adaptado para la carrera puede costar 30.000 dólares. La asistencia técnica y mecánica les puede costar entre 25.000 y 40.000 dólares adicionales, muchas veces solventados con los patrocinadores que puedan conseguir. 

Pasar de las dos a las cuatro ruedas -excepto los cuatriciclos, donde los costes son menores que los de las motos- equivale como mínimo a duplicar el presupuesto. La inscripción supera los 30.000 dólares por cada vehículo, incluyendo piloto y copiloto. Pero es en los motores donde se nota la diferencia, ya que se alcanzan sumas astronómicas para las mecánicas más sofisticados y de mejor rendimiento.

Un alquiler de 100.000 euros 

El automóvil -preparado y puesto a punto para cumplir con las reglas técnicas- es muchas veces alquilado ya con la asistencia, por una cifra cercana a los 130.000 dólares (unos 100.000 euros). Los más afortunados adquieren el vehículo en casa de un constructor, donde tendrán que desembolsar al menos unos 450.000 dólares para rodar en las arenas del desierto sudamericano. Resta un pequeño puñado de ‘superricos’, como el catarí Nasser Al-Attiyah, que hizo construir y preparar dos buggies al estilo Baja California (el segundo es conducido por el español Carlos Sainz) para la edición de 2013. Se trata de una inversión de varios millones de dólares por parte del vencedor de 2011. 

En cuanto a los constructores como Mini, que en esta edición participa con seis coches, el coste es parte de un presupuesto anual de la marca, cuyo importe es confidencial. El Dakar partió este sábado desde Lima en la primera de las 14 etapas que conducirán a los competidores hacia Chile, a través de los Andes hacia Argentina y luego otra vez a territorio chileno para finalizar el 19 de enero en Santiago. El día 20 tendrá lugar la ceremonia de entrega de premios en el centro de la ciudad, frente al presidencial Palacio de La Moneda. Perú tendrá cinco etapas, Argentina cuatro y Chile dos, mientras que otras tres serán transfronterizas.