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La crisis arrolla a las autoescuelas vascas
  23 de Agosto de 2011
  La crisis arrolla a las autoescuelas vascas

Las academias de conducción han perdido un 40% de alumnos en los tres últimos años

Sacarse el carné de conducir se ha convertido en un lujo prescindible, o al menos postergable, en época de crisis. Un informe elaborado por el Instituto de Tráfico y Transporte (ITT) constata el «brutal» descenso registrado en la expedición de licencias en los últimos tres años, que ha arrastrado consigo al sector de las autoescuelas. Sólo en la primera mitad del presente ejercicio el retroceso ha sido del 16% en el conjunto de España, lo que equivale a 71.101 permisos menos. En total fueron expedidos 366.463. Es decir, un 40% menos de los 660.720 formalizados entre enero y junio de 2008, cuando los efectos de la recesión económica eran ya palpables y se empezaban a sentir en la industria del automóvil y, de rebote, en el de las academias que enseñan a pilotar un coche.

Lo peor de todo es «la impresión general de que «aún no se ha tocado fondo». «Cada vez hay menos aspirantes», aseguran responsables de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), que ha visto cómo más de la mitad de su alumnado se ha esfumado en apenas tres años. En Euskadi el panorama es muy similar, con la expedición de permisos de conducir en caída libre y sin visos de recuperación. Las tres jefaturas territoriales de Tráfico emitieron 13.104 carnés en el primer semestre, un 15,2% menos que el mismo periodo del pasado ejercicio (15.459). Respecto a 2008, los datos hablan de una auténtica debacle, con un descenso del 40% en las licencias expedidas. Entonces sumaron 21.946 entre enero y junio.

«La crisis nos está vapuleando a base de bien», reconoce Iñigo Montenegro, presidente de la Federación de Autoescuelas vascas. Con el sector del automóvil atravesando su peor año en ventas en casi dos décadas, Montenegro no oculta que sacar el carné de conducir no es ya ese trámite ineludible que marca el paso de la adolescencia a la edad adulta. «Hasta hace unos años, los chavales venían a sacarse el carné al cumplir la edad, entre los 18 y los 24 años; ahora esperan más o hasta que les hace falta para un trabajo», explica el responsable del sector. Tradicionalmente el carné B, que autoriza a su titular a conducir turismos, ha centrado el 80% de la actividad de estas academias. «Ahora, nos mantenemos gracias a los hijos de las personas que tienen ingresos estables. El resto está esperando mejor ocasión. Y nosotros no tenemos 'stock' de trabajo almacenado para poder recurrir a él».


Profesionales


Las ventanillas de la Dirección General de Tráfico (DGT) de los tres territorios han sellado en lo que va de año 9.377 licencias para conducir turismos, 1.784 menos que el último ejercicio y casi 5.000 menos que hace cuatro. Pero el demoledor impacto de la crisis se percibe en toda su crudeza al analizar los datos correspondientes a los permisos de las categorías profesionales, que permiten conducir camiones, autobuses y transportes pesados. Si de enero a junio de 2008 se expidieron en Euskadi 3.374 carnés C, C1, D, D1 y E, la cifra se ha visto reducida ahora a la mitad: 1.682. Y las últimas cifras no incitan al optimismo: las licencias a chóferes han caído un 40% en el último año.

Según la directora gerente del Instituto de Tráfico y Transporte (ITT), el sector de los conductores profesionales está sufriendo los efectos «bucle y dominó de la crisis» hasta llegar a una situación «alarmante». Silvia Rincón resalta que sólo hay que remitirse a la última Encuesta de Población Activa, difundida en julio, para comprobar que «el mayor número de personas que siguen incrementado las filas del paro pertenecen a los sectores de agricultura, la construcción y la industria, sectores que tradicionalmente han dado empleo al 90% de los conductores profesionales de nuestro país».

Pero, curiosamente, el radical descenso de la clientela no ha frenado la apertura de negocios. Según la CNAE, en el segundo trimestre del año se han abierto en España 41 autoescuelas más, a pesar de que las plantillas de directores y profesores han descendido (14 y 181 menos, respectivamente). En Euskadi, las academias que han echado el cierre lo han hecho por jubilación de su titular y, en la mayoría de los casos, los centros han sido absorbidos por otras empresas. Por ejemplo, en Bizkaia había hace dos años y medio 102 empresas con 169 locales; ahora son 85 firmas, aunque el número de dependencias abiertas se mantiene en 165 oficinas.

Aparte de la crisis, las autoescuelas se han visto afectadas por otros condicionantes que están mermando su clientela: la caída de la natalidad y el plan Bolonia, que ha modificado el calendario vacacional de los estudiantes universitarios. En el primer caso, las academias de conducción están notando ahora los efectos de otra crisis, la de la reconversión industrial de la década de los 80, que se tradujo entonces en un significativo descenso de los nacimientos hasta mediados de los 90, cuando la tasa de natalidad comenzó a repuntar de forma pareja a la recuperación económica. «Esperamos notar este aumento demográfico a partir de 2014», confía Iñigo Montenegro.

Por otro lado, el nuevo plan de estudios universitarios no facilita las cosas a los estudiantes, que antes disponían de casi tres meses para sacarse el carné. Ahora, sin embargo, los exámenes de recuperación de los nuevos grados adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) se celebran en julio y el nuevo curso adelanta su comienzo a principios de septiembre. Si en la época de 'vacas gordas' la llegada del estío atraía a un 30% más de alumnos a las autoescuelas, ahora el efecto vacacional se traduce en un leve repunte respecto a los meses anteriores.

«Este verano está siendo flojito, peor que el pasado», confirma el presidente de la Federación de Autoescuelas vascas. Y eso a pesar de que, un año más, Tráfico ha prorrogado la celebración de exámenes para aliviar en lo posible la situación de las autoescuelas. «Desde la DGT nos han puesto todas las facilidades del mundo», agradece el presidente de las autoescuelas vascas.