La crisis económica ha condicionado la manera en la que se desplazan los vigueses. El último repunte de motocicletas registrado, obedece a esa nueva forma de concebir la movilidad en la ciudad gallega.
Menor coste a la hora de llenar el depósito y tiempos de desplazamiento muy inferiores, sin tener que preocuparse por dónde aparcar, incentivan su uso. Pero también las políticas pro-moto del Ayuntamiento, con una bonificación del 90% para las motocicletas de menos de 125 centímetros cúbicos, y una bajada del 20% para el resto de cilindradas.
Zonas adelantadas en los semáforos, carriles específicos para adelantar en las proximidades de los semáforos, más plazas para motos, o la sustitución de guardarraíles peligroso por otros con SPM, son algunas de las medidas pro-moto adoptadas en Vigo.
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