Varios de los detenidos cuentan con antecedentes penales. Su “modus operandi” consistía en el robo y desguace de motos que volvían a ensamblar sobre chasis legales procedentes de motos accidentadas.
Los detenidos compraban chasis, documentación y matrículas de manera legal para acoplarlos a piezas de motos robadas y vender las unidades reconstruidas como motos de segunda mano.
Este procedimiento permitía la venta de motos con matrícula, número de chasis y papeles aparentemente en regla. Pero la estafa saltó a la luz cuando uno de los propietarios reconoció una moto que había sido suya, pero con una matrícula diferente.
El afectado aún conservaba la llave de repuesto de su motocicleta, por lo que tras denunciarlo, arrancó la motocicleta delante de los agentes de la policía para demostrar que había sido suya. Este hecho llevó a una investigación y la posterior desmantelamiento de la trama criminal.
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