Si añadimos que el resultado bruto de explotación es de 900.000 euros, obtenemos un cuadro financiero verdaderamente boyante, algo inusual en una empresa tecnológica de nueva creación, como reconoce el propio consejero delegado de Torrot, Iván Contreras, en un comunicado.

Aunque Torrot surgió en el País Vasco de 1948, fue refundada por Contreras en 2011 (con nueva sede social en Zaragoza) para orientarla hacia la movilidad sostenible e interconectada. En su ambicioso plan de crecimiento adquirió la marca GasGas, que se ha consolidado en el sector del Enduro y el trial.

Torrot ha incrementado su producción un 106% en 2017 para alcanzar las 9.902 unidades, frente a los 4.800 de 2016, y muy por encima del objetivo de 6.000 unidades de los planes más optimistas. El modelo más exitoso ha sido el Torrot Muvi, muy utilizado en flotas de empresas y en sistemas de motosharing.

Parte de ese logro lo ha conseguido gracias a una extensa red de distribución repartida por 70 países con más de 1.500 distribuidores. Así no resulta extraño que el 85% de los vehículos se comercialicen fuera de nuestras fronteras.

De cara a 2018, Torrot plantea continuar sus planes de expansión con la nueva planta de Cádiz que estará operativa a finales de año. Esto supondrá la inversión de 12 millones de euros, con la que se podrá fabricar un nuevo modelo eléctrico de tres ruedas.

También avanza en la electrificación de la gama GasGas, con el lanzamiento de la TXE, y con el reciente lanzamiento del modelo Movak.

Finalmente hace su primera incursión en la Formula E con un contrato por el que cede vehículos para que los pilotos puedan moverse por el paddock sin contaminar a la par que puede tener un stand de presentación de sus modelos en cada circuito.

Fuente