Una vía que sufre las peores condiciones meteorológicas de visibilidad de la península debido a la niebla excesivamente densa que obliga a cortar la circulación. Entre septiembre de 2014 y diciembre de 2016 estuvo 35 días en nivel rojo (visibilidad inferior a los 40 metros) y 88 días en nivel negro (vía cerrada).

El nivel negro obliga a cortar la carretera y desviar el tráfico lo que es un problema para los usuarios habituales. Gracias al nuevo balizamiento inteligente, se puede realizar de manera automática, lo que lo que lo convierte en un proceso más rápido que es supervisado desde el Centro de Gestión de Tráfico de la DGT en A Coruña. Ahora se minimiza el impacto al tener menos horas cerrada la vía.

Pedro Tomás, jefe del Área de Gestión de la Movilidad de la DGT ha explicado que así es posible “objetivizar, asegurar y agilizar las tareas de corte y desvío, de manera que el tiempo que la autovía permanece cerrada es mucho menor, ya que no se requiere desplazar efectivos a la carretera ni desplegar elementos físicos para efectuar el corte”.

El sistema consta de una luz ámbar fija que guía al conductor y una luz roja que se activa al paso de un vehículo. De este modo se indica que hay un vehículo que le precede en un tramo de 50 metros hasta la siguiente baliza. Su función, por tanto, es la de una luz antiniebla trasera de los vehículos, pero situada con varios metros de antelación. De este modo los conductores tienen más tiempo de reacción y pueden prepararse antes de encontrar al vehículo que le precede.

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