Las motos de calidad Premium no solo son máquinas bien diseñadas y con el máximo nivel de equipamiento electrónico, también cuidan al detalle la estética, con un aspecto hasta ahora nunca visto.

ABS inteligente de última generación, suspensión semiactiva que se ajusta a la carretera, cambio rápido gestionado electrónicamente tanto para subir como para bajar marcha… el usuario casi se podría olvidar de que la Turismo Veloce tiene embrague, si no fuera porque lo exhibe con cierto orgullo.

Los clientes habituales de MV Agusta valorarán positivamente la ingeniosa idea de mostrar los entresijos mecánicos a la par que ofrece uno de los mejores sistemas de embrague que existen. Aunque los scooter recurren habitualmente a embragues centrífugos, estos restan gran parte de la potencia y del par motor.

Grandes fabricantes optan por realizar embragues convencionales pero motorizados que se regulan electrónicamente, pero muchos usuarios rechazan la idea de prescindir de la palanca del embrague. La solución pasa por ofrecer lo mejor de los dos mundos, embragues que se pueden utilizar con o sin palanca a gusto de cada usuario y circunstancia de conducción.

De hecho podemos conducir la Turismo Veloce como una moto de marchas de toda la vida y no notará ninguna diferencia. Sin embargo, en conducción por ciudad quizá prefiramos hacer uso del nuevo sistema automático creado por MV Agusta en asociación con Rekluse, una empresa de los EE UU que fabrica embragues desde hace más de una década.

El embrague Rekluse es centrífugo que se desconecta a bajas revoluciones, pero que cuenta con pequeñas cuñas que “enganchan” presionando el disco de expansión cuando las revoluciones suben. El único inconveniente es que el embrague no funciona en parado, entonces permanece desconectado, en punto muerto.

Un problema menor que MV Agusta ha solucionado como en tantos otros scooter, añadiendo una palanca de estacionamiento para los aparcamientos en pendiente.

Fuente: MV Agusta