La empresa que alquilaba las bicicletas sin licencia llevó a la Guardia Urbana a investigar un local, descubriendo una trama criminal de robo y desguace de motos. En la parte trasera del local había dos grandes scooter en proceso de desmontaje que tras comprobar los números de bastidor y matrículas resultó que habían sido robadas.
Barcelona es una de las urbes españolas en las que se producen más robos de motos que posteriormente son desguazadas para enviar las piezas a otros países de África y del este de Europa, donde son vendidas a través de páginas web de piezas de recambio.
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