La acumulación de calor durante el día, lleva a noches de insufrible calor. La temperatura no baja ni en horario nocturno y eso lo paga la salud de los ciudadanos. Desde el Ayuntamiento se estudia el fenómeno desde los años ochenta y en 2016 se solicitó un informe de los puntos más calientes de la ciudad a la Universidad Autónoma.
En Los Ángeles la diferencia entre el centro y la periferia puede llegar a unos asfixiantes 12 grados centígrados. Allí se han propuesto mitigar el efecto pintando el asfalto de blanco, con el fin de reflejar la luz del Sol mediante el efecto albedo como lo hace la nieve. l experimento realizado en Los Ángeles sobre 15 manzanas y dos parkings ha logrado reducir la temperatura de la zona en 5,5 grados.
La medida funciona pero puede tener efectos colaterales. Una vez seca la pintura queda de color gris, similar al cemento, por lo que no refleja la luz de los faros en exceso y no crea problema de deslumbramiento. Lo que no queda del todo claro son los efectos sobre la seguridad vial, y más concretamente si las motos tienen mayor riesgo de derrape, especialmente cuando aparece la lluvia y bajan las temperaturas de la época invernal.
Otra desventaja es su elevado precio, 22.000 euros por kilómetro, y todo para algo que también se podría lograr incrementando las superficies verdes y el arbolado de la ciudad, y adoptando materiales claros para las aceras y mobiliario urbano.
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