En el patinete viajaban dos jóvenes que circulaban a la altura del número 37 por la rambla del Carme. El patinete circulaba a poco más de 30 km/h en el momento del accidente. Tras el impacto la anciana cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra la acera, lo que obligó a su hospitalización. La mujer ingresó en estado muy grave y no sobrevivió a las heridas, falleciendo días después.
Ambos jóvenes se enfrentan ahora a un juico en el que se les podría imputar una imprudencia grave con resultado de muerte. Al ser un patinete eléctrico, no se aplican los delitos contra la seguridad vial que solamente se aplica a los vehículos a motor.
Este juico deja en evidencia una falta de regulación en materia de vehículos de movilidad alternativa. Muchos patinetes alcanzan velocidades próximas a las de un ciclomotor e incluso la superan, en algún caso alcanzan los 80 km/h, sin tener una parte ciclo o unos frenos a la altura de su velocidad.
El conductor a esa velocidad puede causar graves daños a terceras personas, e incluso la muerte, como hemos podido comprobar en más de una ocasión: una mujer de 40 años murió en octubre por otro incidente el que estuvo implicado un patinete eléctrico. Lo que demuestra que los usuarios de patinetes son vulnerables, pero también pueden causar graves perjuicios con sus imprudencias.
Algunos municipios han impulsado normativas que prohíben el uso de patinetes por las aceras.
Fuente: El País