Las motocicletas afectadas presentan disfuncionalidad en su sistema de frenos, a pesar de que el ABS este activado. Esto se debe a que la unidad hidráulica del ABS puede haber resultado contaminada con residuos durante el proceso de fabricación.
El problema se detectó durante las pruebas de control de calidad de Kawasaki. A raíz de ello el proveedor de la unidad ABS cambió la forma en que fabrican el ABS de la serie Z900, al encontrar que pedazos sueltos de aluminio acababan alojados dentro de la bomba.
La detección de la incidencia y el cambio en el proceso de fabricación datan del 10 de agosto de 2018, por lo que las unidades fabricadas hasta esa fecha presentan problemas.
Kawasaki ha enviado una carta a sus clientes para la revisión y sustitución si procede de la bomba del ABS. La llamada a revisión comenzó el 15 de febrero de 2019.
Fuente: NHTSA