Su alto rendimiento no compensaba los 102.000 euros que había que abonar por cada unidad (se iba a lanzar una serie limitada). Especialmente teniendo en cuenta que era una start up con todo por demostrar, desde la calidad de fabricación hasta su seguridad.

Eso sí, la Arc Vector era un modelo británico (Gales del Sur) que podía presumir de un diseño atractivo y unas prestaciones elevadas (240 km/h de velocidad máxima y 2,7 segundos en el 0 a 100 km/h). Pero su motor eléctrico de 95 kW (133 CV) y sus 220 kg de peso, no eran nada del otro mundo, y los 1,1 millones de dólares recaudados han demostrado ser insuficientes para sacar adelante el proyecto.

"La compañía entró en quiebra porque un par de inversionistas nos decepcionaron, nos prometieron fondos que nunca se materializaron", dijo Mark Truman, CEO de Arc Vehicle para el portal MCN.

De la Arc Vector nos queda el diseño futurista que explora las posibilidades de las nuevas motos eléctricas. Una café racer vanguardista con chasis monocasco de fibra de carbono y casco Zenith conectado a la moto con presentación virtual de imágenes HUD. La chaqueta también conectada a la moto debía de aportar información adicional al conductor.

Demasiados elementos innovadores para que pudieran salir adelante con tan escasa financiación. Las ideas quedan ahí ahora para que los grandes fabricantes las incorporen a sus propios modelos conceptuales.

Fuente: electrek