Serrano ha vuelto a reiterar sus disculpas a los ciudadanos por la “frustración, frío, rabia” que pudieran sentir, aunque sucedió debido a “varias circunstancias”. La predicción meteorológica “no es un ciencia exacta” y eso lleva a imprecisiones e incertidumbres sobre el nivel de acumulación y la duración de la nevada en una zona determinada.
Esto supone que las medidas tomadas por la DGT durante el temporal no se materializaran en tiempo y forma con la suficiente “inmediatez en la vía”. A pesar de ellos realizaron una labor informativa extensiva atendiendo a más de 42.000 llamadas en el 011 y la actividad del twitter de la DGT se multiplicó por 50. La web de la DGT recibió 500.000 visitas frente a la media de 20.000 diarias.
Así toda la culpa de la mala gestión recae sobre la concesionaria que según la Ley de construcción, conservación y explotación de autopistas, tiene todas las competencias en lo relativo a la conservación y mantenimiento de la vía. Por tanto es Iberpistas, concesionaria de la AP-6, la que tendría que haber mantenido la vía despejada.
El día 6 no solo se permitió el paso a automóviles por la AP-6, también se levantó la restricción al paso de camiones a las 19:00 horas “a pesar de la nevada que estaba cayendo”. A las 21:00 horas se volvió a cortar la carretera, pero no se activó el protocolo de autoprotección de la carretera hasta dos horas después. Esto impidió que la ayuda de la DGT y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) llegara hasta las 23:00 horas.
En comparación se puso como ejemplo las medidas adoptadas en la A-1 bajo competencia del Gobierno, en la que también se registraron retenciones sin que por ello dejara de ser fluida y eficaz, resolviéndose la jornada del 6 de enero sin “incidencias graves”.
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