En dichas carreteras se produce el 75% de los accidentes con víctimas mortales, con la medida se pretende lograr un descenso que califican de “radical” de los accidentes mortales.
Bajar la tasa de 37 muertos por cada millón de habitantes parece ser una tarea titánica en la que la DGT lleva inmersa los últimos ocho años. El año pasado repunto hasta 39 muertos, pero no sabemos cómo acabará 2019.
España está muy por debajo del resto de Europa con respecto al número de radares, por lo que un incremento significativo para acercarnos a la media europea puede suponer un impacto en el respeto a la norma y una disminución de las muertes.
La velocidad inadecuada suele estar detrás de gran número de muertes. A pesar de no ser en sí misma, causa de accidente, la velocidad elevada incrementa el riesgo de sufrir lesiones o de fallecer en un mismo tipo de accidente de tráfico.
En España hay 1.000 radares por los 7.000 del Reino Unido y los 4.000 de Francia. En 2019 España sumará otros 40 radares fijos y de tramo más, muchos de los cuales irán a parar a las vías convencionales para vigilar los 90 km/h.
Los radares de tramo han demostrado ser sumamente eficientes en los lugares donde antes se producían muchos accidentes, según confirma el director general de la DGT, Pere Navarro.
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